En el edificio Daiwa de la Universidad de Tokio, es el nuevo laboratorio de investigación computacional diseñado por Kengo Kuma lejos de ser algo monumental se disfruta más por el tacto debido a los materiales que se utilizaron madera, tierra, listones de madera de diferentes alturas, lo cual contrasta con su cálida presencia frente a los inmuebles de hormigón y metal que componen el resto del campus.
En el centro del edificio se cuenta con una cubierta con membrana blanda, que se une al carril en el frente y al jardín japonés en la parte posterior. La apertura también genera un flujo suave y orgánico en conjunto con la luz y el viento en el campus, que está dominado por la disposición de una cuadrícula por los demás edificios.
Algunos arquitectos han empezado a olvidar lo monumental y usar más lo elemental en sus obras preocupados más por conectar con la gente, este es un ejemplo.
Fuente y Fotos: Kengo Kuma