Cuando vemos una buena construcción terminada generalmente decimos, ¡que buen arquitecto! o ¿quién será el arquitecto? pero pocas veces consideramos las manos que están detrás de la obra, es raro que alguien piense también de los albañiles.
El oficio de la albañilería ha sido menospreciado y degradado, tal vez por que no se necesitan estudios académicos; sin embargo, estos maestros de la construcción desarrollan habilidades de cálculo, exactitud, precisión y también una buena fama de desborde de creatividad en piropos.Por ejemplo esta bloguera no cuenta con las habilidades matemáticas de un maestro de la albañilería, ni con la fuerza física para aguantar tanto bulto de cemento.
Cuántas veces no hemos visto documentales, películas, libros de historia cómo los esclavos eran obligados a realizar difíciles tareas de construcción; ¿recuerdas los grandes bloques con los que se hacían las pirámides, o las excentricidades de grandes reyes y emperadores en sus palacios? o solo con voltear a ver las iglesias tan barrocamente detalladas en México.
Por fortuna hemos visto como la evolución tecnológica ayuda cada vez más a estos trabajadores; pero no me dejarán mentir, sin zarandas improvisadas (coladores de arena), escaleras armadas al momento con amarres de metal o hechas con pedazos disparejos de madera o piezas de metal que les sirven como poleas la albañilería no sería lo mismo.
Contar con conocimientos de albañilería seguramente nos sacaría de muchos aprietos pero tener expertos en materia muros, techos, pisos, azulejos, instalaciones, etc. es mejor. Muchas personas creen que es una labor fácil y claro experimentar y aprender nuevos oficios no es nada malo, sobretodo cuando se logra el cometido, esperemos que no les pase como unos señores que quisieron ahorrarse mano de obra, leyeron unos tutoriales en internet para armar un baño y al final tuvieron que gastar más contratando a un maestro que les viniera a tirar y rehacer su soñado baño.
Buen fin de semana!