La casa Narigua se localiza en El Jonuco, Nuevo León, la región cuenta con vistas espectaculares, un lugar cerrado entre montañas altos cerros que delimitan el valle. La gente convive con la vegetación y la fauna típica del noreste mexicano.
El terreno donde se construyó planteaba un problema para el diseño ya que se encuentra poblado de enormes árboles, al igual que la horizontalidad de los cedros que condicionan las visuales hacen inviable un “bosque de columnas”. La única opción era que la casa volara y se ubicara en una cota más alta que los árboles del solar. Una ligera pendiente salva las copas a 10m por encima del acceso, desde donde la “planta noble” los espacios esenciales de la casa, libres de barreras y obstáculos.
La casa se zonifica y conserva los grupos de cedros que existen en el sitio desde hace décadas, conviviendo así con su entorno. Cada nivel responde a distintas condicionantes. Cada planta, en sí misma simple, es diferente a las demás. Se encuentra dividido en 3 prismas, en el primero se localiza el estacionamiento y las zonas de servicio, en el segundo se ubica el vestíbulo, la habitación principal y las comunicaciones hacia el nivel inferior y en el tercero encontramos la cocina, los servicios y el área social.
Las terrazas se encuentran al oeste donde se puede apreciar la vida al aire libre y las montañas.
La planta inferior sirve de basamento a las terrazas de la planta noble y contiene varias piezas “reciclables”, con mobiliario pensado para transformarlas en las habitaciones de visitas. Los vidrios juegan un papel importante ya que aporta trasparencia dentro de la casa en donde el paisaje forma parte de la vida cotidiana.
La combinación de materiales otorga al proyecto una rusticidad atemporal que sirve de escenario para objetos de muy distinta procedencia, antigüedades, cuadros, máscaras y esculturas piden nuestra atención.
Fuente: Arquitour
Fotos: Sofia Flores Chapa